Cuando éramos novios , me gustaban sus besos.
Como en todas las relaciones , la intensidad de besos y caricias fué subiendo conforme el tiempo pasaba.
Un par de años después, después de muchos toqueteos , fajes , caricias , besos y frotamientos, llegamos por fin , casi sin querer a una relación sexual completa .
Recuerdo que sentí como un pellizco..
Cuando me dí cuenta , ya estaba adentro.
Fué una sensación extraña .
En unos cuantos minutos , se había acabado.
Terminó pronto , con un quejido y la eyaculación.
Quedé pasmada.
Confundida.
La verdad es que sentí ...nada.
Mis amigas ya me habían dicho que al principio , no era muy agradable.
Que tuviera paciencia y con el tiempo iba a mejorar.
Lo que no me dijeron es cuánto sería el tiempo para que mejorara.
Ni cuánto habría de pasar.
Tener sexo a escondidas , de rápidito , se convirtió en una costumbre .
Ël lo buscaba casi cada vez que nos veíamos.
Yo , no siempre encontraba la manera de negarme.
El noviazgo empezó a ser un poco rutinario.
El tiempo siguió pasando , hasta que llegó el matrimonio.
Recuerdo la luna de miel , en la playa.
Él me buscaba continuamente.
Bajábamos a la alberca a ratos , sólo para volver a subir a la habitación.
Yo más bien quería estar afuera , nadar , asolearme , esquiar.
Ha pasado mucho tiempo y aún recuerdo haber pensado la flojera que me daba.
El tiempo pasó y tuve embarazos.
La gestación , el parto y la cuarentena , me trajeron varias semanas de justificación .
Tiempos cansados y adoloridos que de alguna manera me representaron libertad
Los años de fajes a escondidas , habían cobrado su precio.
Eyaculación Prematura.
Aunque si no había excitación ni placer.
Mientras menos durara mejor.
Si no sientes , si no te gusta , sólo es desagradable.
Molesto, Incómodo.
Bien lo dijo el Conde de Chesterfield:
"El placer es momentáneo , el costo exorbitante y la posición ridícula".
A mí , sólo me quedaba , lo ridículo de la postura.
Recuerdo haber inventado mil pretextos.
Dolores , malestares , hasta enojos.
Recuerdo haber contado en mi cabeza.
Haber orado para que pronto acabara.
Planeado las compras.
Recitado poemas.
Mirado el techo y contado las rayas.
Lo hablé con amigas y familia.
Los consejos se resumían:
Son cosas que les gustan a los hombres.
No puedes negarte.
Tienes que estar dispuesta siempre.
Caray ! Ni que fuera la reina Victoria,
para cerrar los ojos y pensar en Inglaterra.
Lo intenté , deveras que lo hice.
Y no funcionó.
Aprendí a tener orgasmos , al conocer mi cuerpo.
Y al tocarme yo misma.
Extendí la veda , a la menstruación.
Prohibí despertarme para tener sexo.
Y aprendí a quedarme dormida.
O a fingirme dormida , antes de que él hiciera algo.
Busqué ayuda con el ginecólogo.
Mmmm! relativo : un lubricante, al menos no rasparía.
Con un psicoterapeuta, comenzamos a explorar mi historia y aún no terminamos.
Con mucha frecuencia , infecciones vaginales.
El abdomen se me inflamaba.
Tenía flujo. Comezón.
Evidentemente mi cuerpo mostraba su descontento.
Me informaba de su rechazo.
La edad trajo consigo disfunción eréctil.
Y una relativa paz.
Cada vez era menos frecuente.
Y cuando había , era rapidito.
La vida comenzó a tomar su curso .
Y yo empecé a vivir un poco más tranquila.
Hasta hoy.
Que encontré una caja de "Cialis".
La pastilla del fin de semana.
Y lo que para muchas mujeres y muchas parejas
puede sonar seductor y prometedor:
Su efecto dura hasta 36 horas
A mí me llenó de angustia.
Una tremenda amenaza en forma de píldora cafecita.
La pesadilla ha vuelto a comenzar!
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