jueves, 29 de marzo de 2012

" FIN DE SEMANA DE BODA" : Cuentos acerca de las mujeres : D y P:

                                                                                                                                                                   


   Cuando mi esposo trajo a casa la invitación , lo primero que me sorprendió fue lo hermoso de la tarjeta .
 De papel finísimo . Casi ni quería tocarla , para que no se ensuciara o arrugara.
 Siempre me han gustado las invitaciones. Desde que era pequeña , pasaba horas mirando las que mi madre guardaba en una caja entre hojitas de papel de china y pétalos de rosa ya secos.
   Tengo la peregrina idea de que las invitaciones son ventanas.
Que permiten asomarse al mundo , a la vida de otros, a la vida.
En momentos y ocasiones , en los que paramos las actividades de siempre. Y por unos cuantos días nos sumergimos en un torbellino de afanes y preparativos . De comentarios y preocupaciones .
Lo mismo da que la convocatoria sea para una boda , graduación o bautizo Hay tanto que planear y comentar . Tanto que pensar y tanto que hacer.
Y esos cuadritos de papel  son pasajes para ese viaje y ese mundo.

   Esta  cartulina color perla nos ofrecía una boda , fuera de la ciudad , en un fin de semana de puente , en la que Él y Yo apadrinaríamos los anillos y nuestras pequeñas serían las pajecitas.  Además compartiríamos el compromiso de amor de amistades cercanas y antiguas. Tan cercanas y tan antiguas que más bien parecían mienbros de nuestra familia.

   Todo esto estaba incluído en el trozo de papel que sostenía entre mis manos.
No era una invitación. Era LA invitación.
Nada en el mundo nos impediría asistir.
A nosotros cuatro no.
De hecho , para las amistades fué una sorpresa que confirmáramos la asistencia de toda la familia.. Después de haber invitado a 300 , sólo habían aceptado 70.
De las cuales sólo llegamos 25.

   Estoy convencida , de que en los eventos va a estar el que tenga que estar.
Y me queda claro que es una explicación circular , aunque no por eso menos cierta.
Pensar así me ha quitado de muchas angustias , de preocupaciones , de sentirme desairada.  
Aunque no todo el mundo piensa igual.

 Fué una boda muy bonita , con todos los detalles cuidados hasta el máximo.
Cada cosa tenía un significado.
Y sin querer , asistir o no asistir , implicaba tomar una posición moral , política.
Implicaba mostrar amplitud o estrechez de criterio.
E incluso mostrarse como perteneciente a un cierto nivel cultural y a una época.
  
 Para mí , una boda es la celebración de un compromiso de amor, no una batalla moral ni ideológica.
Y el Amor , viene en toda clase de envolturas.

   Y hoy, Diana y Paulina , celebrarán su compromiso de Amor.
Diana , envuelta en un frac de manta .
Paulina también en manta , en un vestido estilo medieval con una cola larga , tan larga como los sueños e ilusiones que la acompañaban.

   Diana le entregó un hermoso anillo de compromiso y puso su rodilla en tierra para pedirle matrimonio. Hizo todo para complacer a su prometida y darle la boda de sus sueños.
   Paulina , con una enorme sonrisa  y unos ojos tan brillantes que ni el pesado velo podían opacar. Caminó segura para encontrarse con  su pareja .

   Ambas prometieron amarse y se comprometieron a trabajar día a día , codo a codo por la felicidad y estabilidad de su relación.
   Intercambiaron anillos y se tomaron la mano.
Contentas caminaron por el pasillo , orgullosas de su amor y de su compañía.
Ya mañana volverían a simular ser amigas.
A fingir frente a los otros.
Sólo que hoy es su fiesta.
La  fiesta de su matrimonio.
En la cual no hubo familia , que no acepta la envoltura de ese amor tan entero.
En la que hay pocos amigos , los nuevos familiares.
Que apoyaron y acunaron a esta nueva pareja .
Que le da cara a la vida y se entrega sin mesura .
Como otras , como todas .
Mientras el Amor no acabe...