miércoles, 14 de marzo de 2012

" EL BUCHE LLENO DE PIEDRITAS" :Cuentos acerca de las mujeres : Sofía .



   Ya antes había escuchado , que pasando los cuarenta , llegaba uno a  la edad de los "Nunca".
Sí, por aquello de que "nunca me había dolido" , "nunca me había pasado", "yo antes nunca me cansaba " y todo lo demás-
   Sólo que aunque estaba cierta de que habría algunos trastornos , nada me preparó para lo que iba a venir.
    Y por más que mi mamá me decía : Sofía , míjita , cuídate más . La juventud no dura para siempre y su eterno"como te ves me ví y como me veo te verás".
La realidad es que nunca ví a mi mamá , ni a ninguna otra persona , como yo me veo.

   Ni siquiera sabía que existía una enfermedad así.
 Empecé sintiendo la boca seca , de vez en cuando , un traguito de agua lo solucionaba.
 Pensé que era por el calor , o que se me andaba adelantando la menopausia . Ya ves que dicen que le dan a uno arrebatos de calor , los bochornos que le dicen.
 O que a lo mejor me comenzaba una enfermedad de garganta. Los días pasaron y nada que se me quitaba, De día y de noche tomaba mi agua.

   Después de muchos días , ya medio desesperada , al doctor. Y a estudios y consultas. Después de muchas vueltas: Síndrome de Sjögren.
En pocas palabras no volvería a tener saliva. A lo lejos , muy a lo lejos el médico hablaba.
Yo pensaba en todas las ocasiones que mi mamá me regañó por tener la boca abierta , al ver la tele o a las personas , tan abierta y tan absorta que la saliva se escapaba de la boca. Nunca pensé en guardarla. Creí que habría una provisión inagotable y eterna .
   También pensé en todos aquellos litros que había desperdiciado como bebé chupando objetos , conociendo el mundo. Y que tal los ríos que derramé cuando mis dientes de leche estaban saliendo. Cuánto extrañaba mi saliva.
   Con lo que me chocaba ese súbito aumento que antecedía al vómito en embarazos y enfermedades.                                                
   Cómo me molestaba que la boca se me hiciera agua al ver o pensar en comida cuanado estaba a dieta.
   Y yo que por bien educada nunca había escupido al suelo. Ahora no podría hacerlo.
    No podría escupir  para alejar la mala suerte como mi herencia griega me había enseñado.
    Y la catártica escena que había visto tantas veces en el cine , en que se escupe a alguien a la cara con profundo desprecio , no podría protagonizarla jamás.

   Los doctores me explicaron que no había cura . Lo que no pudieron explicarme fue qué lo causó. Vagamente hablaban de genes y  la exposición a microbios. Sólo me dijeron que era más común en mujeres (tache) mayores de  40 ( tache)..
  
   Eso sí , no era una enfermedad mortal  pues no me iba a morir por ella , si bien , iba a morir con ella.
 De todos modos , las personas me decían, cuánta falta puede hacer la saliva?
 Y con esas frases querían confortarme?
 O con el hecho de que no fuera cáncer o diabetes?
De verdad que cómo hay gente imprudente.
Que habla sólo por hablar.
Y que no se da cuenta del daño que hacen con sus comentarios .

   Una nueva etapa se abrió en mi vida. Cargaba con mi botella de agua para todos lados. Lo mismo que con un "Tuppercito" con fruta. Los chicles los compraba por docena al principio y después por caja. Empecé a ganar peso pues chupaba dulces todo el día. Luego cambié a los chicles sin azúcar.

   La comida empezó a saberme sosa. No imaginé que la saliva mezclada con los alimentos nos permitiera captar los sabores. Con el tiempo , se me vino la cascada de malestares.
   No más besos húmedos  y pasionales.
   Me costaba trabajo masticar y tragar los alimentos.
   Así que estoy más flaca de lo que  nunca quise estar.
   No puedo hablar más que unas cuantas palabras seguidas.
   Así que ahora escucho mucho más del doble de lo que hablo.
   Mi lengua se secó y se cuarteó como la tierra en Durango.
   Seguido tengo aftas e infecciones en la boca.
   Y un montón de muelas picadas o rotas. Como la saliva remineraliza los dientes,
    casi toda mi boca tiene  dientes postizos.

   Cuando ya ni el agua ni los chicles funcionaron tan bien. Me recomendaron saliva artificial.
Y a cada rato , un chisguetito.
   Todos los días me acabo un tubito de crema de cacao o de otro bálsamo labial , pues si no me lo
aplico continuamente , se me hacen grietas en las grietas.
  
   Ni aunque vea a George Clooney o a William Levy se me cae la baba.
   Ni un kilo de limones exprimidos en mi boca , me hacen agua la boca.
   Qué bueno que no soy perro de Pavlov , si no él nunca habría podido condicionar un reflejo.

   Aún quiero comerme al mundo aunque necesite mi frasquito de saliva. Y muchas veces tengo el
buche lleno de piedritas .
 No porque tenga muchas cosas que haya preferido callar o que no sepa cómo decir.
 Lo tengo en el sentido literal.

    En casos de emergencia , me he puesto piedritas en la boca y mejor que muchos manjares , me han hecho salivar.