"Ay Míjita " es que esos eran otros tiempos!
Y una carcajada brota de la garganta de Evita, mientras platica animadamente.
Es que las muchachas entonces vivíamos muy encerradas.
Los papás no nos dejaban salir
solas ni a la esquina , ni a la puerta pues.
De pensar en ir a una fiesta mmm! ni hablar.
Sólo podíamos echar ojo a los muchachos en el camino a la Iglesia.
Y sobretodo en la fila de la comunión, Donde caminábamos despacito.
Antes de formarnos jalábamos hacia adelante la mantilla que cubría el cabello
e inclinábamos la cabeza , dizque muy devotamente, para mirar de ladito através
del encaje que nos cubría, a los muchachos que permanecían parados en su sitio cuando no comulgaban.
Y después del Sacramento caminar de regreso a la banca, contonéandose un
poquito , levantando la mirada al pasar junto al elegido para fijar la mirada en sus ojos,
poco menos de un segundo y darle a conocer que había interés , para ver si se acercaba.
Pero Tú que sabes de mantillas y devociones!
Has de pensar que tengo cuatrocientos años verdad?
Y la risa fácil de Evita vuelve a aflorar:
Es una mujer alta , corpulenta , que se declara eternamente a dieta.
Es alegre , platicadora , gustosa por la vida. Gusta de bailar , cantar ,
comer . A sus sesenta y tantos , usa ropa moderna y colorida.
Ha sido mi amiga hace mucho tiempo.
Pues si míjita , ahí tienes que los muchachos a los que les gustaba , trataban de
acercarse a mi. Y se paraban cerca de mi casa para seguirme a la Iglesia o a la tienda,
o a la modista.
Porque antes acostumbrábamos mandarnos a hacer los vestidos . Y las faldas.
Uuuy! Pantalones , yo los usé hasta hace unos pocos años. Y francamente ya mejor ni los uso
porque todo lo que como se me baja a las caderas !
Ay y se me vé un cabús...que hubiera conquistado al mismísimo Moctezuma al que según me cuentan le gustaban las mujeres de al menos cuatro cuartas de cadera !
Pues mi papá a todos me los espantaba a gritos y balazos,
Ya pensaba yo que me iba a quedar a vestir santos.
Y con lo poco que me gustaba a mi la Iglesia!!
Mi nana , me pasaba algunas veces las cartitas perfumadas que alguno de los muchachos le daba para que me las entregara. Pero no las de todos y mucho menos las de cualquiera.
Antes de siquiera recibirle un papel , la buena de Gelos , los revisaba , los interrogaba y hacía una investigación por todo el pueblo.
Que si" usté que se trae con mi niña , que si cuáles son sus intenciones, que si onde vive y de qué trabaja, y quenes son sus papás" y todo lo que se le ocurría.
Ay! qué manera de enamorar tenían algunos , de pronto se queda callada, pensativa...cosas de chamacos tarugos!
Pero ninguno me gustaba. Los veía muy bajitos , o muy enclenques , o de bonitos así , tanto que parecían mujer.
Aparte estaba yo bién chamaca. Iba a cumplir quince años. Yo le insistía a mi papá que me hiciera una fiestota. Quéría un vestido nuevo , largo y vaporoso. Y baile y cochino!
Y lo que es la vida . Tuve fiesta y baile y vestido . Nomás que fue de novia.
Pues a la casa llegó El Licenciado. Se hizo amigo de mi papá. Acababa de morir su esposa , dejándolo con tres niños , de 4 y 2 añitos. Y el chiquito de 8 meses.
Yo no me veía de catorce , ya estaba bien desarrollada. Y El Licenciado no estabade mal ver, aunque me llevaba sus buenos 15 años. AY Mija ! yo lo veía ya viejo y apenas llegaba a los 30!
Y empezó que las flores y las visitas y yo lo ví un hombre retehombre.
Mis amigas envidiosas de que me hiciera la corte decían que sólo me quería pa cuidarle a sus niños.
Nos casamos bien pronto.
Él no quería esperar y yo estaba decidida . Mi papá dió su venia.
Y allá va Eva al altar el día de sus 15 años.
Luna de Miel no hubo. Sólo el corto viaje a su casa , donde me entregó las llaves,
hasta de la alacena.
Y me presentó a sus niños. A mis niños , a mis hijos.
Porque fíjate que me tardé mucho para encargar y sólo se me logró mi hija. Que es el sol de su padre y de sus tres hermanos. Y entre todos yo nunca he hecho diferencias. Y los chamacos me quieren mucho
y ellos son la luz de mi vida.
Nunca me he metido con la muertita. Más bien le platico y le consulto , si luego no sé que hacer.
Así fue, poco hacía que había dejado las tobilleras cuando de un día al otro tenía una familia ya armada. Con muchos trabajos y preocupaciones.
Fígúrate , entonces me sentía yo muy importante porque El Licenciado se fijó en mi , una chamaca de pueblo.
Él , Un hombre ya grande , instruído , importante, rico, un Viudito a todo dar.
Ay! Pero no me arrepiento , he sido bien feliz .
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